




Los productos fitosanitarios son sustancias químicas legales orientadas a la mejora de los cultivos. Estos productos fitosanitarios o plaguicidas son fundamentales para el control de plagas y enfermedades de nuestras plantas. No obstante, al estar expuesto de forma continuada a estos productos químicos, puede soportar riesgos para la salud. Estos riesgos van a depender de la toxicidad del producto y el grado de exposición a este.
Así pues, cuanto mayor sea la toxicidad o el mayor tiempo de exposición, mayor será el riesgo a padecer algún mal causado por el producto químico.
La utilización de un EPI para la protección de la exposición continuada de plaguicidas ayudará a minimizar el riesgo que existe a la hora de utilizar sustancias químicas.
En la aplicación de productos fitosanitarios el trabajador está expuesto de forma continuo a productos químicos, lo que soporta riesgos para la salud.
Por esto, el operario utilizará un EPI Fitosanitario que se basa en el aislamiento de la persona al contacto de las sustancias químicas durante la manipulación de los productos fitosanitarios.
Las siglas EPI vienen de “Equipo de Protección Individual”, y se define, como cualquier equipo destinado para proteger al trabajador de riesgos que puedan amenazar la seguridad o salud, así como, cualquier accesorio destinado a este fin.
Los EPI Fitosanitarios no eliminan el riesgo, solo protegen al trabajador frente a ellos.
Los EPI Fitosanitarios están clasificados en 3 categorías dependiendo del riesgo:
Los equipos de protección utilizados durante las actividades relacionadas con los tratamientos fitosanitarios, se pueden dividir en dos grandes grupos:
La piel es considerada como la vía de exposición de plaguicidas más importantes, los EPI Fitosanitarios para la protección de la piel incluye los que protegen el cuerpo, pies, manos y ojos:
Las vías respiratorias son una puerta de entrada de contaminantes muy importante y peligrosa. Para evitar que se inhalen sustancias químicas de los plaguicidas se utilizan:
El Equipo de Protección Individual o EPI disminuye el riesgo de intoxicación siempre que se use y se mantenga adecuadamente. A continuación, indicamos algunas recomendaciones para el buen mantenimiento y cuidado del EPI:
Los productos fitosanitarios son sustancias que nos ayudan a controlar nuestros cultivos y a protegerlos ante plagas y malas hierbas. El uso de estos químicos (abonos, fertilizantes, pesticidas, plaguicidas…) pueden causar efectos nocivos para la salud y el medio ambiente si se hace de una manera inadecuada o excesiva. Cuando los medios de defensa fitosanitaria del Ministerio de Agricultura descubren las sustancias de unos productos pueden ser perjudicial para la salud y la biodiversidad proceden a cancelar su comercialización y pasan a ser productos fitosanitarios prohibidos en nuestro país.
Con anterioridad os comentábamos los productos fitosanitarios prohibidos en 2018 y las nuevas modificaciones a principios de 2019. En esta ocasión vamos a mencionar los productos cancelados en la última revisión del 3 de junio de 2019.
Los productos fitosanitarios son necesarios para todo tipo de producción agrícola. Los diferentes tipos de plagas pueden atacar nuestros cultivo, por lo que es indispensable mantener un control sobre ellas. De no hacerlo, la cosecha quedaría inservible en el propio campo o tras su almacenamiento. Pero, proteger nuestros cultivos de plagas con productos químicos puede dañar las piezas y también el medio ambiente. Un uso adecuado de los productos fitosanitarios impide que puedan afectar de algún modo a la salud de consumidor ni poner en riesgo el entorno.
Con este motivo, el Estado tiene mecanismos de estudio y control de los productos que están en el mercado. Revisan tanto los productos que actualmente se distribuyen como las propias cosechas para asegurar que ningún agricultor esté usando materiales nocivos. Para que un producto pueda venderse y usarse tiene que estar en el Registro Oficial de Productos Fitosanitarios. Esto quiere decir que es útil y eficaz para combatir plagas y que, a su vez, no supone ningún riesgo colateral ni para las personas ni para la vida.
Es indispensable que todas aquellas personas que, por su trabajo, estén implicadas en el uso de productos fitosanitarios tengan un conocimiento completo sobre ellos. Tanto fabricantes, como vendedores, usuarios y aplicadores deben revisar cada 30 días el registro. La base de datos se actualiza cada mes con el compromiso de tener una información más fiable, precisa y respetuosa con la salud y con el medio ambiente.
Todos los datos registrados deben estar en nuestro conocimiento, así como del resto de operadores y profesionales del sector. Debemos recordar que el desconocimiento de la ley no nos exime de la responsabilidad. Como hemos dicho, el registro se actualiza cada 30 días. En él aparece cualquier tipo de modificación que haya sufrido un producto: si se ha incluido un nuevo producto al registro, si sigue vigente, si se amplía su uso en otros cultivos, si se ha cancelado, etc.
La última actualización se llevó a cabo el 3 de junio de 2019. En ella se cancelaron 9 productos que ya no pueden ni venderse ni utilizarse en España. Esto es importante porque en otros países pueden seguir comercializándose pero no puedes usarlos aquí.
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